“Una buena receta” (Burnt)

“Una buena receta” es una película que muestra la redención de un chef que cambió su exitosa carrera por las drogas y el alcohol. Cuando despierta de su pesadilla, decide encabezar un restaurante de alta cocina para lograr obtener las tres estrellas Michelin, el máximo reconocimiento que un restaurante puede obtener.
La historia comienza cuando Adam Jones (interpretado por Bradley Cooper) se muda de Nueva Orleans a Londres, donde planea redimirse practicando la alta cocina, ya que una vez fue un reconocido chef de dos estrellas Michelin en París. Pero sufre de nuevo un lamentable tropiezo provocado siempre por las mismas adicciones. Al recuperarse, decide volver donde empezó todo en busca de una innovadora forma de hacer cocina que le permita alcanzar esa ambicionada tercera estrella.
A Adam el camino no se le hace fácil, debido a que no es una persona fácil de tratar; es temperamental. Se concentra en la búsqueda desesperada de la perfección y en su ambición por lograr que la gente que llegue a su restaurante no solo coma, sino que se enferme del deseo por su cocina.
Esta historia expone la sorpresa que la vida da a quien apuesta todo por lograr lo que se propone; y cómo los sueños se realizarán y los deseos que nos motivan en la vida se complacerán, solo que no en el momento ni en la forma que esperamos. Al final las mayores sorpresas vienen justamente de quien no treme quedarse sin nada.
El filme muestra una serie de lecciones que pueden ser consideradas en esa búsqueda por consolidar una marca comercial o personal mediante el reconocimiento como la mejor en su rubro.
Análisis de los siguientes puntos para reflexionar:
1. Debemos aceptar, corregir y seguir
Adam es un personaje altamente reactivo e impulsivo. Les hizo daño a las personas que amaba, fue débil ante los vicios que le rodeaban, eso lo llevó a tocar fondo. Lo único bueno de llegar hasta ese punto es que la única opción que queda es resurgir.
El proceso para llevar una marca a la cima es muy difícil, pero mantenerla allí lo es aún más. Eso le pasó a este peculiar personaje, que, al lograr gran parte de sus sueños y hacerse de un nombre, creyó que sus acciones repercutirían en sucesos desalentadores. Y sí que los tuvo.
Esto lleva a la conclusión de que, ante el proceso de la resiliencia, el primer paso es aceptar que nos equivocamos. Solo así demostraremos la madera de la que se estamos hechos; y eso permite corregir los daños causados, asumiendo que ya nada será igual que antes, pero que seguramente será mejor. ¿Cuántos están dispuestos a hacer lo mismo? ¿Admitir que tienen un problema y elegir un camino para su corrección?
2. La consistencia: un arma de doble filo
La consistencia podría ser la muerte. Eso sucede cuando una marca se ancla al “éxito”; y como la estrategia con que lo logró funcionó, se repite pensando que siempre va a ser efectiva. Al mantenerte estancado, serás ignorado. La idea es siempre moverse con pasos seguros.
Sin embargo, hay algo bueno que viene gracias a la consistencia: la gente puede confiar en tu marca, saben qué esperar. Así como Adam, que muestra un lado consistente al nunca bajar la guardia y ofrecer lo mejor que puede dar, pero sabe que cada día debe brindar un nuevo sabor a su público para conseguir su anhelada tercera estrella.
3. El propósito de liderar debe ser inspirar
Cuando se busca trascender en el mundo de los negocios o en la vida profesional y se logra el objetivo, hay una nueva etapa en la cual cada paso podría significar consolidar el éxito o desmoronarlo repentinamente. En este filme vemos cómo Adam, Reece y otros cocineros luchan por obtener el título del mejor chef de París. Adam pensó que al ganar destruiría a los demás; sin embargo, Reece le dice a él que cuando está en su mejor momento, es inspirador. Reece es desafiado por la exquisita comida que Adam produce. De alguna manera esa competencia entre ellos los hace querer ser mejores.
Cuando lideras de la manera correcta, esa capacidad se vuelve, más que solo un logro, una responsabilidad, ya que inspiras a otros. Así que siempre haz un gran trabajo, que inspire y motive.
Al final “Una buena receta” es una película que, aparte de mostrar cómo funciona el mundo de la alta cocina, presenta destellos de las ambiciones humanas y corporativas para alcanzar la cima con acciones bien pensadas, superándose a sí mismos más que a la competencia. Y es que al final esa debería ser la filosofía de cualquier empresa, individuo o colectivo que quiera liderar, dejar huella, trascender.
Juan Carlos Méndez
Estudiante de Comunicaciones – Redacción enlaces
Revista Enlaces – Publicado en revista enlaces edición °53 Diciembre 2019