Entre dos mundos

El avance vertiginoso de la tecnología hace que los seres humanos nos sintamos o esperanzados, de que muchas cosas se van a facilitar, o preocupados, al ser incapaces de poder predecir cómo los cambios en el avance de las tecnologías nos vayan a afectar negativamente. Recientemente, en Alemania, se ha creado el City Tree que ofrece beneficios como un purificador de aire y una exhibición de plantas en uno solo. En la misma tendencia, BiomiTech ha creado Biourban 2.0, una especie de árbol electrónico que ofrece, para lograr la purificación del aire, una capacidad de captura: 13, 140,000 m3 de aire/anual, un volumen de purificación: 975.2 kg/anual, un flujo de caudal de aire: 3,000 m3/h, la captura de partículas PM 2.5 y 10, filtrando hasta un 99.7 % equivalente a la respiración de 2,850 personas por día y a la liberación de O2 de 368 árboles jóvenes.
Si nos había sorprendido la clonación de la oveja Dolly en 1996, lo anterior no debería sorprendernos. La ciencia está avanzando y con ella los desafíos humanos; uno de ellos es a dónde irá a parar toda la fuerza laboral que antes trabajaba en, por decirlo así, negocios más tradicionales que no estaban tan automatizados. ¿Llegará el día en el que ya no se necesitaran los árboles naturales tal cual los conocemos?, ¿qué pasará con la producción de alimentos? o ¿será que bastará con una súper píldora al día para cubrir con todas las necesidades nutricionales de cada ser humano?
La clonación, otro “súper avance” de la tecnología, podrían abrir esperanzas para los emprendedores más innovadores, por ejemplo, se habla de “turismo para ricos”, a través de la creación de experiencias asombrosas, tanto para consumo de animales clonados extintos o, inclusive, en peligro de extinción. El objetivo sería también utilizarlos para exhibición en parques temáticos (¿o jurásicos?).
Dónde vamos a parar y en qué momento se analizarán los costes-beneficios de cada avance tecnológico, está aún por verse, lo único verdaderamente cierto es que el mundo tal cual se conocía no existe más; cada vez el ciclo de avances es mucho más rápido lo que obliga a la “humanidad”, no a las empresas, sino a la humanidad ha repensar su misión en este planeta.
Vivimos en medio de dos mundos, el natural que, debido a los modos de vida y subsistencia, la humanidad ha venido modificando y el mundo del futuro, uno artificial, tecnológico, avanzado, de vanguardia, pero quizá muy pronto, como lo refleja la famosa película Matrix, inhumano donde el hombre solo será parte del sistema, si es que aún existe. De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas, es urgente hacer acciones para limitar que el incremento de la temperatura promedio en la atmosfera no supere los 1.5°C, lo anterior dado que si esta llega a 2°C el 100 % de los arrecifes de coral se perderían en su totalidad y existiría otra gran lista de desastres naturales que aún no nos podemos ni siquiera imaginar.
Como humanidad debemos analizar seriamente si nos conviene seguir utilizando todo ese aparataje mecánico, eléctrico, industrial, etc., o tratar de volver a lo básico en muchos de nuestros hábitos; debe recordarse que, aunque vivimos en dos mundos el antiguo y el futuro, es muy probable que para el del futuro no exista un planeta donde habitar.