Hijo de tigre… sale pintado: restricciones aplican

Cuando nace un nuevo miembro en la familia, la mayoría de padres desea que sus hijos sigan su ejemplo; y cuando hay un negocio de por medio, que asuman el negocio familiar como un medio de vida, un esfuerzo personal y un deseo de continuidad de ese legado.
La empresa familiar con mayor antigüedad de la que se tiene conocimiento es Kongō Gumi Co., Ltd, cuyo origen fue Osaka, Japón, y que operó hasta el año 2006. En su administración contó con miembros de 40 generaciones; se dedicaba a la construcción de templos budistas en Japón y Korea. Se cree que cerró debido a deuda excesiva y al negativo clima económico imperante en su último año. Ante esa circunstancia esta empresa perdió su récord de longevidad, pues fue adquirida por otra compañía, dejando en primer lugar a la hotelera Hoshi Ryokan, fundada en Komatsu en 718 de nuestra era y festejó, en 2007, su… ¡1289 aniversario!1 En Latinoamérica la compañía más antigua es la productora de tequila “José Cuervo”, fundada en 1.758. Esta empresa recibió la licencia para producir la popular bebida mexicana derivada del maguey directamente del rey de España.2
Las empresas familiares representan más del 90 % del tejido empresarial en muchos países del mundo, y en su mayoría son mipymes. En países como España, Argentina, Chile, y México el papel de la empresa familiar y la preocupación por su desarrollo son evidentes mediante diferentes instituciones que pretenden organizarlas, capacitarlas y ayudarles a asegurar su sostenibilidad. En El Salvador no se puede, con la información pública disponible actualmente, determinar el número exacto de empresas familiares, pero, tomando como referencia el hecho de que la mayoría de las microempresas son iniciadas por una persona acompañada de su núcleo familiar, podría especularse o inferirse que la tasa puede ser como la antes mencionada. Basada en mi experiencia y en el análisis de algunas empresas familiares de larga trayectoria en el país, podría atreverme a asegurar que la continuidad de la empresa familiar tiene su base en la aplicación de principios y de valores cimentados en aquellos.
En otras palabras, para que una empresa pueda perpetuarse o, de no ser así, al menos permanecer por muchas décadas operando, es necesario que trate de hacer las cosas lo mejor que pueda, entre ellas dar la importancia que merece a la familia y a su unidad, así como involucrar desde muy pequeños a los hijos en el negocio familiar, haciéndoles saber la importancia que este tiene en su presente y en su futuro. Es muy probable que, aun haciendo esto, no todos se interesen de la misma manera por el negocio, pero alguno o varios de ellos asumirán el liderazgo, así como también es probable que el resto realice emprendimientos que sean complementarios, o no, al giro del negocio familiar.
La estabilidad familiar es clave para la sostenibilidad de la empresa familiar. Con esto hago referencia a que, para garantizar la continuidad del negocio familiar, es necesario que la pareja inicial o fundadora trate de mantenerse unida; esto basado en la experiencia de muchas empresas salvadoreñas en las que la estabilidad de la familia impregnó de estabilidad también al negocio (Almacenes Simán, Grupo Agrisal, Grupo Campestre, Mike Mike, entre otras). La estabilidad familiar integra, en los descendientes, principios relacionados con la disciplina, responsabilidad, gratitud, el compromiso, la perseverancia, tolerancia, solidaridad, el amor y sobre todo la unión familiar.
Lo anterior no significa que las familias en las que por algún motivo la pareja fundadora tuvo que separarse no serán exitosas. No es así, porque también alcanzan el éxito, pero quizá a un costo mucho mayor. Mi punto es que la unión y estabilidad familiar también fortalecen al negocio.
Ahora bien, retomando el tema de los sucesores, para hacerlos ‘tigritos’ no hay mejor método que enseñarles a cazar; con esto el fundador asegura que el negocio continuará en buenas manos y que, si bien las próximas generaciones enfrentarán nuevos y quizá más grandes desafíos, tendrán parte del camino adelantado. He escuchado y visto continuamente cómo fundadores de empresas con gran éxito relatan las formas en que han involucrado a sus hijos: desde puestos operativos, asignándoles responsabilidades de acuerdo con la experiencia que van ganando hasta ubicándolos junto con los empleados, para que aprendan de primera mano el negocio, que es el tesoro de la familia; al haberlo hecho a temprana edad se desarrollan amplias competencias y capacidades en los sucesores en comparación con otros que lo hicieron cuando los hijos ya eran muy mayores.
En conclusión, la garantía de la continuidad de la empresa familiar está en su capacidad para ser estable, unida, objetiva y comprometida con su propio presente y futuro. Mientras haya familias así, encontraremos también empresas sólidas, estables, generando empleo y fortaleciendo la economía de nuestros países. Termino reiterando esto: si quiere un ‘tigrito’, enséñele a cazar.
Lissette Canales de Ramírez
Directora Editorial
Publicado en revista Enlaces edición °44 – Septiembre 2017