Ecoauditorías: soluciones verdes para su empresa.

Las soluciones verdes para una empresa comprenden herramientas administrativas de control, soluciones de tecnología verde y sistemas de gestión y comunicación de resultados. Solo al tener estos tres ejes, las soluciones verdes nos podrán dar los resultados de eficiencia, ahorro y control que necesitamos para la gestión sostenible de nuestra empresa. Las ecoauditorías son el elemento clave que nos permite articular dichos ejes de un sistema de soluciones verdes.
Rodrigo Samayoa Valiente
Fundador y director de Industrias Verdes de El Salvador
Las ecoauditorías no son una moda, no son extras, no son una externalidad, ni un programa de responsabilidad social empresarial; son un instrumento de eficiencia, ahorro y control. En el mundo donde vivimos lo que no se mide no existe. Un buen administrador de empresas podría decir que para lograr el mejor rendimiento del talento humano tienes que tener reglas claras, controles y supervisión. Lo mismo pasa con la eficiencia en el uso de los recursos naturales.
Las tecnologías verdes, sostenibles, son herramientas que nos permiten medir el rendimiento y la operación de nuestra empresa. Son herramientas tecnológicas o sistemas administrativos que nos permiten tener mejor control del servicio que proveemos. Así como son innovaciones tecnológicas que nos permiten un mejor uso de los recursos, evitar los desperdicios o brindar alternativas de negocios que previamente no habíamos podido implementar.
Las ecoauditorías tienen muchas formas y colores. Existen desde las mayormente implementadas, como las ISO 14001 o 26000, hasta las normas o estándares mucho más específicos, como la ISO 20121, sobre los sistemas de gestión de eventos sostenibles. Además de eso, existen sellos o certificaciones no solo para los procesos, sino para los productos, como Certified Organic (Orgánico certificado) de la USDA o Rainforest Alliance. Existen certificaciones para la construcción, como LEED, o certificaciones para el comercio justo, Fair trade. Dentro de este universo de posibilidades es necesario entender qué es lo que nos importa a nosotros como empresa. ¿Queremos mejorar nuestra logística y administración?, ¿queremos reforzar el esfuerzo que realizamos con nuestros productos o la infraestructura en la que operamos?
El camino para la gestión sostenible de nuestra organización está en entender que estas soluciones verdes son parte integral de los procesos administrativos y productivos de lo que realizamos y que siempre existe un camino para poder encontrar estas soluciones. Es importante llegar a las soluciones técnicas necesarias para nuestra empresa, por ejemplo, para ahorrar energía un proyecto de energía fotovoltaica. Pero más importante es realizar un análisis integral que nos permita medir el ahorro, hacer el plan de inversión y desarrollar soluciones integrales en toda la cadena de valor.
Las tecnologías limpias que podemos utilizar, dado los frutos de las ecoauditorías, son muy variadas. Pero las podemos agrupar en tres grandes grupos: 1) tecnologías asociadas con el ahorro energético, 2) tecnologías asociadas con el ahorro de recursos (agua, insumos, etc.) y 3) tecnologías asociadas con la reutilización de recursos (economía circular). En ahorro energético y en la producción de energía limpia tenemos desde prácticas organizacionales administrativas que nos permiten ahorrar en el consumo de energía hasta el equipamiento para el control de horarios, mejoras en los sistemas de refrigeración e insolación, o la producción de energía como parte de los procesos que realizamos (biomasa en un ingenio, energía fotovoltaica en techos, etc.).
En las tecnologías dedicas al ahorro de recursos —por ejemplo, el agua— existen muchas prácticas agrícolas en las que podemos hacer un uso más eficiente de la cantidad de agua que utilizamos en el riego, por ejemplo, hacerlo por goteo. También existen herramientas que nos permiten tener calderas de combustión que consuman menos derivados del petróleo o tener máquinas más eficientes en el corte de la madera en la producción de muebles, resultando menos desperdicios y así ahorrarnos en los costos de producción.
Por último, las tecnologías que nos permiten la reutilización de recursos, por ejemplo, la utilización de las aguas en un beneficio, en vez de cada vez tener que utilizar agua “nueva”, podemos reciclar la misma para realizar los procesos, disminuyendo nuestra dependencia de recursos externos y asegurando nuestra inversión. Podemos identificar productos de desechos que nos sirvan de insumo para algunos proyectos de nuestra propia producción.
La aplicación de estas tecnologías no necesariamente será por cuenta propia. Podemos buscar proveedores que se acomoden mejor a nuestras necesidades, y así producir menos desperdicios o buscar empresas que nuestros “desperdicios” les puedan ser útiles para reciclarlos en sus procesos. Por ejemplo, una granja avícola producirá mucha “gallinaza”, la cual fácilmente puede ser transformada en abono para los campos de cultivo adyacentes. Una finca que produce frijol, sus desechos pueden ser utilizados para concentrado de ganado vacuno. Una fábrica productora de utensilios plásticos tiene plásticos residuales que se pueden volver a inyectar en su proceso como materia prima. Una empresa dedicada al mantenimiento de vehículos puede producir “partes” residuales que ya no se ocuparían en los automotores; podría ser la materia prima esencial para una fábrica dedicada a la elaboración de varillas de hierro para la construcción. Este tipo de complementariedades una buena ecoauditoría nos la debería de brindar.
En un mundo donde cada día se avanza más hacia una economía basada en compartir y en cerrar el círculo de los procesos, las herramientas que nos brinda el universo de las soluciones verdes es esencial para mejorar la competitividad de nuestra empresa. Pero esto no estaría completo sin una forma de comunicar los avances que nosotros realizamos. En esto la ISO 26000 puede ser una herramienta muy valiosa, en cuanto a la responsabilidad social empresarial; pero una herramienta completa de comunicación y medición de nuestros aportes en materia de sostenibilidad lo encontramos en el Global Compact o el Global Reporting Initiative (GRI4). Siendo tal vez este último uno de los instrumentos más completos como sistema de gestión de la sostenibilidad. Una parte fundamental del GRI es la elaboración de un reporte de sostenibilidad, el cual nos sirve para dar a conocer todos los esfuerzos que realizamos como empresa para la consecución de nuestras metas de sostenibilidad, ya sea las certificaciones, las mediciones, los sistemas administrativos, nuestros proveedores, nuestros acreedores, el público interno; todas las ramas de la gestión de la empresa.
En resumen, las soluciones verdes son lideradas por una ecoauditoría que deberá de desembocar en un sistema de gestión como el GRI, que serán acompañadas por tecnologías limpias y por certificación de productos y procesos. Solo así nuestra empresa obtendrá todos los insumos necesarios para la gestión sostenible y las soluciones verdes serán parte integral de nuestra cadena de valor.